Alonso se acerca a los policías con largas zancadas y les saluda con gesto militar. Con incertidumbre, le apuntan con sus armas.
-¡Ni un paso más!
Alonso mantiene la entereza.
-Soy un soldado del destacamento de Zaragoza- explica-. Me envían como refuerzo para este lugar.
Los soldados se miran sin entender. No es el procedimiento habitual pero nada en estos días es habitual.
-¡Documentación!