-¡Rápido, busquemos una ventana por la que escapar!
Las primeras que encontráis están protegidas por una sólida verja, y debéis ascender un piso para encontrar una ventana por la que podáis salir. Halláis una.
-¡Se escapan!- oís unos gritos a vuestra espalda-. ¡Alto o disparamos!
Tu primer impulso es salir por la ventana, pero cuando la abres ves que la caída es demasiada y que lanzaros por ahí supondrá serias lesiones. ¡Es cierto!¡Al rodear el edificio visteis que las únicas ventanas viables para salir estaban a gran altura! Te maldices por tu imprudencia y levantas las manos. Si un milagro no lo evita, pasaréis bastante tiempo en una cárcel a un siglo de vuestro hogar.