-¡Venga, soltadnos, queda mucho por hacer!- dice uno de los presos.
-¡Estos cabrones nos van a fusilar!- suplica otro. Comprendéis que se os presenta una estupenda alternativa. Una por una, Alonso va forzando todas las cerraduras, y los barceloneses detenidos salen en tropel, causando un caos que los soldados no pueden controlar. Dentro de ese desconcierto general, no os cuesta encontrar una vía de escape, teniendo en todo momento a Constancia muy cerca para que os devuelva lo que os pertenece.