Julian no ve prudente entrar en casa de una de las figuras cumbres de la Historia de la Humanidad sin su permiso. Ademas puede que quedarse manco le agriase el carácter a Cervantes y no recibiese bien a los intrusos. Julian llama otra vez, mas vigorosamente. Si el padre de las Letras españolas le escucha no da evidencia de ello.
-Resulta que también va a ser el sordo de Lepanto.- blasfema.