-¡Rápido, por detrás!- apremia Amelia al grupo. Van a los aposentos de la Iglesia, sucios e impropios de un honesto hombre de fe. Hay un acceso trasero por el que pueden salir. Comienza a hacerse de noche, y la oscuridad les puede servir de ayuda en vuestra fuga. La puerta trasera da a un callejón sin salida, y el equipo no tiene más remedio que buscar una vía de escape yendo hacia la parte frontal de la iglesia; con suerte, los bravucones estarán poniendo patas arriba la iglesia y tendrán tiempo de escapar.
En la pequeña callejuela que da a la plaza hay un carro con un caballo famélico que ahora bebe de un charco. ¿La patrulla debería apresurarse o es mejor esperar para asegurarse de que tienen el paso libre?
¿Se esconden junto al carro para espiar la salida?
¿Salen rápidamente antes de que los matones se den cuenta de que no están dentro?