-Como profesional de la literatura, ¿qué opinión tenéis de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha?

Don Felipe Roberto levanta su copa ante la pregunta de Alonso.

-¡Qué gran obra! Tuve oportunidad de leerla al poco de ser publicada, y la he releído no pocas veces. ¡Qué manejo del idioma, que soltura al relatar proezas y desventuras! ¡Dios mío, qué personajes! Como profesional, envidia tengo a quien lo editó. Como lector, ¡cómo ansío más aventuras del desdichado caballero manchego!

-¿Y sabe si existe una continuación de la obra?- deja caer Julián. El editor niega con la cabeza.

-No estoy muy al corriente de los asuntos literarios en Madrid, pero creo que Cervantes no ha escrito la segunda parte del Quijote.

-¿Y otro autor?- no le deja escapar Alonso. El editor hace un gesto de sorpresa y aprobación.

-No tengo noticia, pero sería interesante, si el buen don Miguel decide abandonar sus personajes.

La mirada entre los miembros de la patrulla es significativa. Felipe Roberto parece sincero, y si es así, a pocos días de que se vaya de Madrid, aún no ha recibido ni tiene constancia del apócrifo Quijote. Los acontecimientos se han de precipitar para que Avellaneda entre en la Historia de la literatura, aunque sea por la puerta de atrás.

Le preguntan por Avellaneda

Se interesan por el motivo de su viaje

Dan por zanjada la conversación