El grupo se reune en la casa franca del Ministerio y analizan los resultados de su investigación. Las conclusiones son desesperanzadoras.

-No hemos sido capaces de encontrar pistas suficientes para descubrir quién fue Avellaneda- verbaliza Julián-. Su identidad fue un secreto, y va a seguir siéndolo.

Alonso da un puñetazo en la mesa, llevado por la frustración.

-Hemos fracasado.- resume. Amelia no puede dejar de coincidir con sus compañeros.

-Tenemos que volver al Ministerio e informar a Salvador. Avellaneda ya tendría que haber entregado su manuscrito al editor, pero eso no ha ocurrido. Temo las consecuencias que para la literatura universal tenga nuestro error. Volvamos a 2016. Descubramos en qué es diferente al que dejamos atrás.

FIN