-¿Vos me habláis de patriotismo?- te reprochas el, por un solo instante, haber pensado en traicionar a tu patrulla-. Soy y seré un patriota. Pero mal me conocéis si no sabéis que soy, ante todo y por siempre, un hombre de honor. Haced lo que tengáis que hacer, pero no confieis en que os apoye de ninguna manera.
Mantienes la mirada a esa áspid traicionera, esperando recibir con nobleza el disparo que acabe con tu vida. No es eso lo que ocurre. Lola Mendieta se limita a mirarte con extraña expresión.