Apuestas por atenerte al plan y descienden con cautela las escaleras. En la cubierta inferior te encuentras con un pasillo estrecho y dos habitaciones a los lados. Una de ellas parece más amplia y tiene la puerta abierta; apostarías que se trata del camarote del capitán. La otra se reserva su contenido y está cerrada, posiblemente será otra cabina. Al final del pasillo está el acceso a la que es sin duda la sala de motores del yate, donde habéis planeado colocar el explosivo. Ante la puerta, no obstante, dormita un marinero, sentado en una silla en una pose no muy cómoda; ¿un guardia que no se toma demasiado en serio su trabajo? No importa, no tienes demasiado tiempo para decidir qué hacer; has de actuar cuánto antes.