-No tenemos ningún componente de la bomba- aseguras-, pero tenemos esto.

El oficial palidece cuando le muestras las placas de identificación del tripulante fallecido.

-¿Dónde…?

-Vimos caer a uno de sus pilotos- aclara Amelia-. Por desgracia, su paracaídas falló y murió víctima de las heridas del impacto. Pudimos estar a su lado cuando ocurrió.

El soldado recupera las placas y las mira con admiración.

-Encontrarán a ese valiente en un pajar aislado, en esa dirección- les informa Alonso-. Díganle a su familia que murió sin miedo, como un hombre.

Los marines, intuyendo el contenido de la conversación, se quitan los cascos en señal de respeto. Algunos se santiguan.

-Gracias por acudir a ayudarle- os dice el oficial-. Pueden irse, les agradecemos sus servicios a los Estados Unidos de América.

Asentís con respeto.

-Ahora sirvan ustedes a su país y al nuestro y retiren eso- se despide Julián-. Todos deseamos que esto termine cuanto antes.