Te acercas al coche, un modelo extranjero de alta gama, y con las puertas confiadamente abiertas. Te atreves a entrar a curiosear. Encuentras las llaves puestas -¿quién lo iba a robar aquí, en medio de la nada?- y, olvidado en el asiento del copiloto, un walkie talkie de vetusto diseño para la época de la que venís. Analizas lo que tienes, y piensas en la utilidad que le puedas sacar a este vehículo y a lo que hay en él?