Tras un largo silencio oyes una voz fracturada por las interferencias al otro lado.

-Salga de esta frecuencia- se te ordena-. Esta es una línea oficial, carece de la autorización para utilizarla. Se le conmina a que no se abstenga de usarla, o acepte las consecuencias.

No les has engañado, y decides guardar silencio. Al menos, no atribuyen tu aparición en sus aparatos de comunicación a un intento de engaño, sino más bien a un accidente casual. Debes encontrar otra manera de engañarlos