No te concedes mucho tiempo para investigar este destartalado refugio de ganado. No encuentras demasiado en su interior, sólo los restos de inmundicias de algún animal que se haya refugiado aquí del frío y, ¡tal vez si tengas suerte!, una garrafa de lo que, por el olor, es combustible. Ya sea para el coche, o para el motor que alimenta de electricidad a la casa, los secuestradores lo guardan aquí. ¿lo utilizarás o saldrás y buscarás otra forma de liberar a Alonso y a Julián?