-Tranquilicese vuesa merced- comienza Julián-. Venimos de parte del maestro Lope de Vega. Nos envía con algo de dinero para su sustento y con los mejores deseos de ver y disfrutar de su obra completa.

El receloso escritor les mira suspicaz. Amelia saca la bolsa de monedas de la patrulla y se la ofrece. No es demasiado dinero, pero para alguien que vive en esas condiciones es suficiente para convencerle de sus buenas intenciones.

La misión está llegando a su final