POR UN PUÑADO DE TIEMPO

Julián guarda un repentino silencio. Al momento chasquea los dedos.

-Burgos, ¡claro!

-¿Tiene que significar eso algo?- pregunta Amelia, a la defensiva. La catalana puede presumir de una inteligencia y un hambre de conocimiento que le han hecho, en poco tiempo, experta en la historia de España posterior a su época, aún más incluso que la mayoría de los que vivieron esos años. En ciertos ámbitos, no obstante, sus conocimientos son, como mucho, limitados y fraccionados. El deporte y el cine son dos de esos ámbitos, y la universitaria no se siente cómoda cediéndole el puesto de experto a Julián.

-Como os decía- explica el enfermero-, la mayoría de los Spaguetti Western se rodaron en Almería, pero una película, una en concreto, usó la provincia de Burgos como escenario para muchas de sus escenas. Hablamos, posiblemente, de la mejor película del género, y una de las obras maestras de la historia del cine. El bueno, el feo y el malo, de Sergio Leone.

-Curioso título, a fe mía- opina Alonso-. ¿Y decís que, dentro de toda la Historia de España, de entre todos los siglos en los que nada ocurrió en estos parajes, hemos recalado justo en este momento?- Julián asiente, de buen humor.

-Una fabulosa casualidad, ¿no es cierto?- A pesar del calor, a Alonso le recorre un escalofrío.

-A veces pienso que el Tiempo tiene sus propios planes para nosotros.- se santigua, supersticioso.

-Iniciemos la marcha- les interrumpe Amelia-. ¿A dónde vamos?

¿al pueblo

o al rodaje?