Imaginas la cara de censura que te pondría Amelia si le planteases la posibilidad de llevarte un souvenir del rodaje. Vaya con esta Amelia. Se ha ganado vuestro respeto y obediencia incluso cuando está callada y ni siquiera está presente. Devuelves el revolver a su lugar, te calas teatralmente tu sombrero y sales al exterior. Hay un nuevo pistolero en la ciudad.