-Francisco Ferrer i Guardia.- repite Amelia.
-¿Debería significar algo ese nombre?- pregunta Julián.
-Es una figura muy conocida en Cataluña, y en ámbitos educativos en toda España- aclara ella-. Librepensador y ateo, sus ideas progresistas y la escuela que abrió en Barcelona fueron un soplo de aire fresco para el anquilosado sistema educativo español de esta época. Por sus propuestas provocadoras, y su amistad con Mateo Morral, se ganó muchos enemigos.
-¿Mateo Morral?- repite Julián-. ¿El que tiró una bomba en la boda de Alfonso XIII?
Amelia asiente.
-Hace tres años, exactamente.
Alonso, honrado ciudadano y devoto católico, no da crédito.
-Profanaciones, alzamientos, quema de iglesias, bombas contra los reyes- enumera-. Vive Dios que estos son unos años endiablados.
-¿Y cuáles no lo son en nuestra Historia?- se lamenta Julián.
¿Dónde buscáis a Francisco Ferrer i Guardia
-¿En la Plaza, con los sublevados?