-Dígame su apellido.- dices directamente.
-Yo…- repite con una torpeza que deja de ser justificada. Tu disposición no es la de alargar demasiado esta situación.
-Su apellido- repites tú ahora-, o vuelves a la celda.
-Ro…Rodríguez- responde al fin-. Me llamo Constancia Rodríguez.
Satisfechos, os planteáis vuestra forma de salir de aquí. Definitivamente esta es la mujer que estabais buscando.
-¿Buscáis una salida por la puerta por la que entrasteis?
-¿Buscáis una ventana por la que salir?
-¿Buscáis algo de utilidad para conseguir otra vía de escape?