Alonso y Julián se enfundan uniformes del ejército con los que no llamar la atención al salir.
-Si os preguntan- dice Alonso dirigiéndose a Amelia y a Constancia-, sois las hermanas desconsoladas de uno de los detenidos. Mejor eso que vestiros de monja alférez.
Los uniformes no les quedan bien, pero darán el pego. Salís agachando la cabeza y a paso acelerado, y casi sin creéroslo, os encontráis en el exterior. ¡Lo habéis conseguido!