-¡Mirad!- crees haber hallado la solución. Ves un carro abandonado cargado de flores. Debió quedar aquí al comenzar la revuelta y las rosas y claveles que lleva se han agostado al sol-. Si acercamos el carro al callejón y lo dejamos rodar hacia el cañón les entretendremos y los alzados podrán actuar. Si prendemos fuego al carro, el humo ofrecerá cobertura a los asaltantes.
-No será fácil empujar el carro hacia el callejón- te hacen notar-. Podrán dispararnos mientras lo hacemos.
-Si os habéis fijado son soldados jóvenes, asustados, inexpertos- recuerdas, quizá con demasiado optimismo-. El carro nos cubrirá y lo haremos tan rápido como podamos.