Buscar en el camarote algo que te sea útil, o una forma de acceso alternativa, te resulta una opción atractiva. Te acercas a la puerta y giras el picaporte, pero está cerrada. Lo que es peor, al hacerlo se oye un fuerte chasquido que alerta al vigilante.

-¡¿Quién anda allí?!- grita, desperezándose al momento. Intentas salir corriendo escaleras arriba, pero sus compañeros han oído el grito y te cortan el paso. Todos sacan sus armas, y te encuentras en una situación de clara desventaja.

-Así que tú formas parte del grupo ese que ha estado estorbándonos todo este tiempo, ¿verdad?- dice uno, con una despreciable sonrisa de satisfacción en su rostro-. Parece que al final, ganamos nosotros.

Te esposan y escoltan mientras un par de ellos suben a cubierta a buscar a tus compañeros. Has fracasado, sólo te resta imaginar qué terribles consecuencias tendrá esto en la Historia de España.