Criatura del Caos
Criatura del caos es uno de los libros escritos por Steve Jackson en su colección Fighting Fantasy que hace pocos años, 2004, reeditó Timun Mas en España tras una primera edición en 1986.
“El mal asuela la garganta del Troll. El nigromante Zharradan Marr está a punto de robar secretos de la magia elfa que lo harán invencible. Nada puede impedir a Zharradan y a sus legiones del Caos tomar el poder en toda Allansia.”
Criatura del caos parte de una premisa interesante, consistente en que ya no somos un edulcorado héroe de nobles intenciones, sino que somos una bestia sangrienta, cruel e instintiva que despierta en medio de un calabozo (tanto en su sentido dungeonero como literal) con menos recuerdos de su historia que Lobezno en un mal día. Aunque todas las reglas del juego sean iguales a las del resto de los juegos de la colección (con la única excepción de que la bestia es particularmente mortal y acaba con sus rivales de un solo golpe si saca dobles en los dados), el libro tiene un desarrollo y algún elemento distintivo.
Por ejemplo, al comenzar el libro estamos tan vinculados con nuestros instintos que muchas decisiones son guiadas por el azar, tirando un dado para ver a qué pasillo vas, por ejemplo o por el propio malevolo escritor y su interpretación de lo que son las motivaciones de un ser grotesco y monstruoso. Tan brutos somos que la forma más habitual de recuperar Puntos de Vida es comernos a la gente a la que vamos matando o la carroña que nos encontramos. Algo poco habitual y catártico.
Otro añadido es la contextualización del universo narrativo que nos ofrece Criatura del caos. Antes de empezar con el juego, Steve Jackson nos cuenta diferentes relatos entrelazados en torno a la que aparentemente gira nuestra historia. Algunos de esos datos serán relevantes; otros, engañosos. En general, el capítulo es entretenido y se deja leer.
Aunque nuestro “héroe” sea una máquina de picar goblins, tiene una dificultad que se convierte en una prueba para el jugador. Como bicho que es, no entiende el idioma de los hombres. Cada vez que alguien le habla en humanés, con lo que se encuentra el lector es con un aparente galimatías, escrito en un código que el jugador deberá desencriptar. Es lo suficientemente fácil como para solucionarlo sin acudir a Internet, pero no tan difícil como para tirar el libro por la ventana. ¿Un ejemplo?
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Ahí queda eso.
Otros detallitos que se encuentran en la lectura de este juego es que, cosa no muy común en otros libros de la colección, tiene múltiples finales, aunque sólo sea uno el bueno. También frente a otros números, no tiene demasiados combates, cosa que se echa en falta cuando eres un bicho asesino y hormonado, pero la lectura es entretenida y es uno de los mejores de la colección.
Y si no se os han despertado las ganas de jugar a esta joyita ochentera, mirad la ilustración del bicho que representareis. Particularmente aterrador el detalle de sus ojos sin pupilas de la Criatura del Caos.