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Apocalipsis Z: La Ira de los Justos

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Con la Ira de los Justos acaba la saga de Apocalipsis Z, iniciada por Manel Loureiro en 2008 en la editorial Dolem, y anteriormente en su blog Mundo Cadáver.

Termina previsiblemente. La historia se puede dar por cerrada aunque ya sabemos que cada palabra Fin va seguida de un nuevo capítulo en nuestras vidas así que, ¿por qué no pensar en que la Historia siga?

Tras Apocalipsis Z, Manel Loureiro cambió de editorial a Plaza y Janés, bastante insatisfecho con el trato en Dolmen, y publicó en 2009 Los Días Oscuros, que va seguida de la mencionada La Ira de los Justos.

A Manel Loureiro y a Apocalipsis Z debemos reconocer el haber provocado esta “invasión zombi” que ha arrasado nuestras librerías con un sinfín de títulos (de diversa calidad) acabados en “Z”, y que editoriales de prestigio hayan apostado por este género.

Aunque soy una persona en cuya casa hay más libros calzando muebles que en las baldas de las estanterías, me voy a permitir dar mi opinión sobre Apocalipsis Z, en particular sobre esta nueva novela, La Ira de los Justos, que hace tan poco ha llegado a nuestras librerías. Aunque mencionaré algunos datos argumentales muy generales, no desvelaré nada que no podáis leer en las primeras páginas o en la contraportada de un libro. En cualquier caso, avisados quedáis.

En primer lugar hay que mencionar que la narrativa, forzosamente, cambia en la Ira de los Justos. Hasta ahora la narración venía de la boca de ese abogado gallego sin nombre conocido que primero en su blog, luego en su diario, nos contaba, marcando día y hora, cómo vivía el fin de la Humanidad.

En Los días oscuros se mantenía la narración en primera persona, pero se dejaba atrás la fecha y daba mayor impresión de novela “al uso”, no de leer un blog. Al final de Los días oscuros ya se introducía la narración en tercera persona, que comparte el punto de vista subjetivo en la Ira de los Justos.

La historia comienza con los personajes en un petrolero, rescatados de su barco a punto de hundirse por un grupo de marineros supervivientes con base en una ciudad Norteamericana llamada Gulfport, que existe en realidad (¡me encanta leer novelas de zombis con el Google Earth al lado!).

El bien recibido rescate se torna poco a poco en una pesadilla al descubrir que Gulfport está dirigida por un reverendo cristiano fundamentalista y por un grupo de arios supremacistas.

En fin. La Ira de los Justos me ha gustado. Quizá sea el libro de la trilogía que menos me haya gustado pero por una razón no achacable a Manel Loureiro.

En Apocalipsis Z (creo que ahora se ha rebautizado como El principio del fin) se explica de forma detallada y verosímil el surgimiento de la pandemia zombi y los primeros casos, la parte que más me gusta de un Apocalipsis Z como Dios manda. Me pareció muy creíble, y más tarde hablaré de ello, la caída del punto seguro de Vigo y cómo el protagonista asiste al comienzo del fin del mundo viendo los indicios de la Apocalipsis primero en los medios de comunicación y más tarde, simplemente mirando por la ventana.

De los Días Oscuros me gusta la forma en la que los supervivientes se comienzan a organizar y a reconstruir la sociedad (o al menos a salvaguardar sus restos).

La Ira de los Justos nos traslada a América, lo que de entrada resulta un salto espacial un poco grande, pero verosímil. Nos plantea una forma de organización diferente a la que habíamos visto anteriormente.

Me hace gracia que, al igual que Guerra Mundial Z, La ira de los Justos preste atención a cómo afrontaría un Apocalipsis zombi el país más divertido del mundo, que es Corea del Norte. La visión de Manel Loureiro es más realista quizá que la de Max Brooks, aunque a mi parecer menos evocadora.

La ciudad de Gulfport se nos detalla minuciosamente y de nuevo con verosimilitud, aunque cargada de estereotipos: los villanos en particular son clichés, eso sí, clichés a los que te encantará odiar.

Y con ello desarrollo el que, a mi entender, es el mayor defecto, o mayor mérito, de la Ira de los Justos, o de toda la saga de Manel Loureiro en general.

Los que nos gustan el género de zombis tenemos que aceptar una serie de clichés más o menos afortunados o creíbles, siempre presentes en toda película o novela. El ejemplo del herido por un zombi que no quiere decir que lo es, es solo uno de ellos. Tenemos también el incumplimiento de unas medidas de seguridad mínimas y razonables que protegerían al grupo, o el que el mayor peligro para los protagonistas sean los otros supervivientes, no los zombis.

Aunque algunos de estos tópicos son como viejas zapatillas que esperas ponerte para sentirte cómodo (incluiría entre ellos la lentitud y torpeza de los zombis), otros me chirrían y creo que deberían desecharse cuando la obra en cuestión (como la de Manel Loureiro) tiene el objetivo de ser realista, detallada y abandonar la serie B que caracterizó tanto tiempo al género.

La presencia de esos personajes tan increíblemente perversos es uno de esos clichés. Sin acudir a la Ira de los Justos para no desvelar nada de la trama, el capitán del barco de Apocalipsis Z: El principio del fin es uno de estos personajes.

También destacaría, como parte negativa, el comportamiento absurdo e imprudente de uno de los protagonistas principales de la Ira de los Justos. Es como el horrible personaje con el que supuestamente tienes que encariñarte y que hace una estupidez para que los protagonistas le salven. Sí es cierto que en la Ira de los Justos, aunque injustificable y estúpida, esa imprudencia precipita los acontecimientos más que los provoca, pero hay situaciones con las que te es imposible empatizar y personajes a los que casi preferirías no salvar.

Otro cliché, indispensable, pero no siempre bien explicado, es la inefectividad militar contra los zombis. ¿Por qué los ejércitos, bien preparados y armados, son incapaces de hacer frente a esta amenaza? ¿por qué se propaga tan rápido la enfermedad cuando los zombis son tontos y lentos?

Romero hablaba de la dificultad de disparar contra un familiar resucitado. Insuficiente, pero bien.

En Guerra Mundial Z hay un capítulo que narra la batalla de Yonkers, en la que el ejército de EE.UU sufre una derrota bochornosa ante los zombis alzados de Nueva York. Se dan toda una serie de explicaciones logísticas y estratégicas basadas en insuficiente material para una batalla así y en el adiestramiento para otro tipo de enemigo. Es un gran capítulo de un libro estupendo, pero yo siempre pensé cómo narices consiguieron los zombis acabar no digo con un escuadrón, sino con un solo tanque. Una batalla como esta invitaría a cualquier estratega aficionado a organizar una fila de tanques y desfilar sobre los zombis. ¿Habéis intentado alguna vez abriros paso a través del blindaje de un M1 Abrams con las uñas? Dudo que ni todos los zombis del mundo pudieran hacerlo.

Manel Loureiro tiene más éxito en Apocalipsis Z. Cuando habla de la caída del punto seguro de Vigo, explica que el planteamiento táctico y la ubicación elegida eran inteligentes y la defensa se realizó con eficacia. Por desgracia el problema no vino de hordas infinitas de no muertos, ni de revueltas (incontrolables) entre las buenas gentes ahí cobijadas. La dificultad que se plantea es de recursos para mantener a toda esa población. Incluso se plantea una especie de Plan Redeker cuando el barco militar que asiste al punto seguro parte a las Canarias dejando a los gallegos a su suerte.

Otro tópico, para mi el más molesto, es la autodestrucción en al que caen todos los supervivientes y que lleva a la mayoría de las obras sobre muertos vivientes a finales desastrosos. Lo vimos en Los días oscuros, y tendréis que descubrir si también en la Ira de los Justos.

En este sentido, agradezco la aproximación al género que hace Max Brooks. En Guerra Mundial Z la pandemia no es menos devastadora que en otras historias. La gente muere, los gobiernos titubean, nadie intuye lo que está pasando hasta que es demasiado tarde. Pero la Humanidad se adapta, aprende a organizarse. Incluso cuando la Guerra termina, cuando los humanos consiguen la victoria, no se da la espalda al problema, se entiende que permanece allí, latente, y que exige nuestra atención. Las ciudades se construyen para evitar nuevos Grandes Pánicos y sus habitantes continúan con sus vidas, felices, pero atentos.

Comparemos este enfoque con el de Walking Dead. En estos comics (veamos los derroteros por los que sigue la serie de televisión) cada capítulo es más espantoso que el anterior. No se observa ni la más mínima organización, y cuando se ve, siempre está corrupta o se derrumba. No hay un respiro para los supervivientes que, o se han vuelto locos, o ya lo estaban antes del incidente.

Quiero pensar que en situaciones como esta (o en otras más reales) la gente aprende a convivir con el horror, se tranquiliza y encuentra mecanismos de defensa y organización con el resto de personas. No sé si mi defensa de las respuestas de Guerra Mundial Z se basa en una convicción real o en un deseo. Quizá sea principalmente que estoy cansado a que la mayoría de lo hecho en el género concluya que no hay esperanza, y quiero ver algo diferente.

Resumiría todo este desarrollo en que mi enfoque favorito sobre el despertar zombi es el Catastrofista, no el Apocalíptico, si se entiende el matiz.

Pero volvamos a la Ira de los Justos.

Manel Loureiro cae en algunos clichés, quizá deliberadamente, resolviendo algunos de ellos con eficacia. Muchos de ellos son referentes comunes, indispensables si quieres abordar el género zombi. No coincido en las acusaciones de plagio que se le hicieron. Tiene tanto sentido como decir que Dead Rising es un plagio de El Amanecer de los Muertos. Todas estas obras beben de las mismas fuentes y en general las referencias son explícitas, y Loureiro las aplica con buen hacer y no con más descaro que otros creadores.

La Ira de los justos, es entretenido, verosímil, aterradora y por momentos emotiva; añade profundidad a su mitología zombi y pone un buen fin a una obra muy recomendable.

Apocalipsis Z: La ira de los justos es obra de Manel Loureiro y ha sido publicada por Plaza y Janés en Mayo de 2011.

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Comentarios
  1. Starfox

    Bueno, yo ya tengo un ejemplar en mis manos. Cuando sea dedidamente leído postearé mis impresiones.

    • Goblin Voyeur Goblin Voyeur

      Este sábado y domingo el autor ha estado firmando ejemplares en la Feria del Libro de Madrid, ¡una gran oportunidad que he podido aprovechar para que me firme mis ejemplares!

  2. Freddduff

    Pues yo creo que el libro es pesimo, el segundo me aburrio tanto que casi no acabo de leerlo, parace una narrativa con una perspectiva inmadura como crepusculo (para adolescentes) me quedo con el primer libro, el ultimo no lo voy a terminar de leer por tanta fantasia ridicula, creo que un libro es bueno cuando es ficcion pero te hace creer que puede ser real…

    • Goblin Voyeur Goblin Voyeur

      En cuanto a tramas ya es opinión de cada uno, claro. Lo de intentar hacer creer que algo puede ser real tampoco lo encuentro en la obra, y no lo veo como algo malo, sino el objetivo de toda obra de ciencia ficción

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