Fin del Mundo: elija su favorito
Pues bien, hoy se acaba el mundo. Cambio de ciclo del calendario maya y todo eso que todos sabéis. Seguramente no pasará nada, más allá de que, en una explosión de originalidad, la mitad de los blogs de todo tipo hablaremos del fin del mundo. Al carro me uno, que a veces me estalla la cabeza de creatividad.
Lo que trataremos en este blog es la variedad de diferentes apocalipsis y fines del mundo y de la especie humana que la tradición, la ciencia ficción, la supercheria o la conspiración ha ideado. No, no vamos a tratar “cambios de era” ni mierdas así: el mundo se acaba, la Humanidad perece; elija usted cómo.
Apocalipsis astronómico:algo procedente del espacio nos borrará del mapa, de forma más o menos expeditiva, acaba con nuestra vida y nuestra civilización. El meteorito que acabó con los queridos antiguos inquilinos de este hermoso mundo (pangea, por entonces) es sólo un ejemplo. En la película 2012 una actividad inaudita del Sol casi extermina a la Humanidad. Sunshine propone lo contrario, un Sol marchito necesita ser reactivado para que la vida en la Tierra pueda sobrevivir.
. También peligra nuestra vida si el sistema solar atraviesa una región de la Galaxia con una alta densidad de polvo estelar, lo que reduciría ampliamente el calor que llegaría de nuestra estrella. Regiones galácticas de alta radiación erradicarían, en pocos años, todo ecosistema terrestre. Igualmente, una supernova en una estrella cercana, o una llamarada solar gigantesca, y mal dirigida, nos borraría de la historia del universo sin posibilidad de salvación.
En los juegos derol, en el entorno de Fading Suns (soles exhaustos), unas estrellas fatigadas parecen anunciar el fin del mismo universo.
Guerra Nuclear: un clásico del siglo XX tristemente caído en desuso. El mal uso de la energía nuclear, ya sea por guerra o por descontrol de las centrales civiles puede producir tal cataclismo que sólo sobrevivirán las ratas y las cucarachas, en un extraño y desagradable nuevo ecosistema. Para el resto sólo nos queda morir llenos de pústulas, convertirnos en manchas de hollín en la pared más cercanas o, simplemente, derretirnos.
Armas biológicas: de nuevo las guerras, o un mal uso del conocimiento científico, nos pueden llevar a este final. Virus o bacterias de desarrollo artificial inoculados en nuestros embalses, nuestra alimentación o sencillamente soltados a la atmósfera acabarán con nosotros, en algún punto del continuo que va de muerte indolora a terrorífica agonía. Películas como 12 Monos o Soy Leyenda parten de esa premisa tan poco halagüeña.
Apocalipsis religioso: al Dios/dioses que crearon nuestro Universo también se le acaba la paciencia. Cuando ello ocurra, vended vuestras posesiones, compraos una túnica y dirigios a rezar a la colina más cercana.
La Humanidad se desvanece: literalmente, las personas desaparecen. Ahora estás, ahora no estás. Todo parece igual, salvo por el sencillo hecho de que nos estamos vaporizando, esperemos que de forma indolora. ¿Que dónde se ha visto esto? En la reciente película española FIN, la Humanidad desaparece, poco a poco de esta manera, sin que nadie sepa a qué se debe ni al espectador le importe un carajo. En las novelas de la saga Left behind, repentinamente la mayor parte de la población mundial desaparece, por un fenómeno de arrebatamiento, o ascenso al cielo en cuerpo y alma. Los malditos ateos que nos quedamos atrás, equivocados en nuestra fe, nos enfrentamos a la anarquía y la autodestrucción, aunque. por otra parte, quedan resueltos todos los problemas para encontrar aparcamiento.
Los escasos ejemplos de este modelo de fin del mundo lo acercan mucho al apocalipsis religioso.
Paradoja espacio temporal: si viajáis en el tiempo, ¡sed cuidadosos! Con vuestros actos, podríais no sólo alterar la Historia, sino provocar paradojas espacio temporales que podrían provocar una reacción en cadena que acabaría con el Universo. Eso, en el peor de los casos; la destrucción podría estar reducida y controlada únicamente en nuestra galaxia. Un nieto que asesina a su abuelo antes de que tenga descendencia es el ejemplo más popular. Donnie Darko es una película mal rollera que señala valientemente a este tipo de problemas. La boda de River Song es un capítulo de Doctor Who en el que el tiempo se destruye por evitarse lo que estaba determinado a ocurrir.
Cambio climático: puede que provocado por las emisiones descontroladas de gases de efecto invernadero, o por causas naturales incontrolables, el clima puede cambiar, derritiendo los casquetes polares y haciendo inhabitables miles de kilómetros de litoral, aumentando la temperatura y haciendo yermos nuestros campos, o haciendo que baje la temperatura y condenándonos a una nueva era glaciar. Seguramente este cambio climático no acabaría con toda la Humanidad y cientos de millones de personas se adaptarían pero, ¿y si los cambios son tan drásticos y repentinos como los que vimos en la película El día de mañana?
Fin del mundo por causas geológicas: nuestro mundo es un planeta frágil, sometido a fuerzas internas que pueden llevarle a colapsar como un huevo de seis mil trillones de toneladas. La agitación tectónica y los seismos serían suficientes para diezmar a la Humanidad, que sería rematada por los tsunamis provocados. Volcanes como el del parque de Yellowstone contienen tal energía en su interior que arrasarían no sólo los cientos de kilómetros circundantes, sino que liberarían tal cantidad de cenizas que toda la Tierra se vería afectada. Componentes venenosos disueltos en el magma emponzoñarían el aire que respiramos si fueran liberados, y arrasarían fauna y flora. Cambios repentinos en nuestros campos magnéticos tendrían dramáticas consecuencias de las que la Humanidad no necesariamente sobreviviría. Incluso nuestra atmósfera es un entorno frágil al que necesariamente estamos atados.
Recordad la película El Núcleo para anticipar las consecuencias de estas catástrofes. Avisados quedáis.
Pandemias: la masificación y la globalización nos hacen vulnerables a plagas y pandemias. Hablamos ya de un fin del mundo relacionado con armas químicas y biológicas pero, ¿y si una enfermedad natural es la responsable del fin de los hombres? El Ébola, por ejemplo, es mortal y se propaga con facilidad, y si no ha provocado grandes masacres en el mundo es porque es tan rápido que no da tiempo a que los enfermos lo transmitan. A principios del siglo XX la mal llamada Gripe Española mató a casi 100 millones de personas. Pensemos también en virus remotos, congelados en el ártico o en los lagos de hielo perpétuo de Siberia, liberados por el cambio climático; ¿cuáles serían sus efectos en la fauna del presente?. Ya hemos tenido importantes avisos, como la gripe aviar o la porcina, ¿y si la siguiente enfermedad fuera algo más que un susto?
La reciente película Contagio “crea” una enfermedad mortal de alcance mundial y anticipa sus consecuencias sociales y políticas.
Apocalipsis Zombi: muertos vivientes o infectados por una plaga que encabrona y agilipolla. El apocalipsis favorito de 9 de cada 10 frikis. Harto estoy de zombis, paso de escribir más de ellos.
Decadencia: un lento y triste apocalipsis. la Humanidad entra en una decadencia moral, intelectual o incluso física que nos debilita poco a poco hasta que no somos capaces de sobrevivir. El destino de una Humanidad confiada y acomodaticia. Un apocalipsis lento pero irreversible.
Naturaleza vs Hombre: hasta la naturaleza se cansa de nosotros y lanza todo el ecosistema contra nosotros. A lo mejor no es simplemente que hayamos invadido territorios ajenos. Quizá se deba a que toda la Tierra es una entidad semiconsciente, la llamada Gaia, que nos considera (razonablemente) virus que tiene que erradicar, o tal vez las especies tengan una forma de conciencia colmena que les permite coordinarse contra nosotros.
En la novela El quinto Día, la especie humana ha de hacer frente a un enemigo implacable; el mar, mientras el lector tiene una tarea aún más dolorosa; soportar ese tostón de libro. Otro ejemplo es Los pájaros, en la que todo bípedo plumem se rebela contra el hombre.
Invasion alienígena: ya están aquí. Han surcado los infinitos vacios cósmicos y han decidido quedarse en la Tierra. Sólo hay un problema: sobramos. La ciencia ficción ha tratado este tema infinidad de ocasiones, como en, por ejemplo, Independence day o La guerra de los Mundos, pero científicos de renombre, como Stephen Hawking, ha advertido del riesgo de un posible contracto con extraterrestres.
Accidente en el acelerador de partículas: los conspiranoicos y los pocos informados llamaron la atención sobre esta posibilidad; ¡no conviene jugar con las fuerzas elementales a partir de las cuales se creó el Universo! ¿Y si, en los choques “controlados” de partículas, se crea un agujero negro artificial? El mundo sería absorbido en cuestión de minutos, todo lo que hemos conocido desaparecería; un alto precio para que la ciencia progrese.
La serie española El barco coquetea con esta posibilidad. La Paz interminable, de Joe Haldeman, tiene un posible accidente en un colisionador de partículas como uno de sus ingredientes básicos.
Alzamiento de la tecnología: toda la tecnología que hemos creado para hacer nuestra vida más fácil adquiere cierto grado de inteligencia artificial y de autoconsciencia y se levanta contra nosotros. Demasiadas veces se ha jugado con esta posibilidad como para que no nos extremezcamos pensando si puede llegar a ocurrir. Galactica, Terminator, Matrix o El Invencible, de Stanislao Lem, son referentes a considerar.
Autoextinción voluntaria: exacto, amiguitos, otra posibilidad es que decidamos quitarnos de en medio. Existe un movimiento social, el Movimiento por la Extinción Humana Voluntaria, que aboga por la opción de que el ser humano decida dejar de reproducirse, en vista del efecto negativo que hemos tenido en nuestro entorno. No se hala de suicidio, se habla de que los seres humanos que poblamos el mundo acordemos no tener más descendencia, con lo que, en pocas décadas, el último hombre morirá y dejaremos de ser un problema para el resto de las especie. Un fin del mundo agradable, y sin dramatismos.
Evolución: otro fin del mundo amable. Puede- no apartemos esa posibilidad- que el ser humano desaparezca de la faz de la Tierra, sí, pero porque nos convirtamos en algo nuevo, algo superior o sencillamente algo diferente. Es posible que la naturaleza permita (como tantas veces ha predicho la ciencia ficción) la trascendencia de lo material en lo energético y que dejemos nuestros cuerpos como cascarones vacios para ser seres superiores.
Pues el mundo no se ha acabado…. ¿Qué hacemos ahora con este post?
Horror! Otra entrada desactualizada
Hay tantos apocalipsis, que es difícil de escoger. Me quedaría con el zombi (seguro que sería de los primeros en convertirme en un muerte viviente o “caminante” como dicen otros, pero mola pensar que eres uno de esos pardillos supervivientes) o sino el apocalipsos religioso, me ha llegado lo de ir a rezar a la colina más cercana.
También mola la invasión alienígena o el alzamiento de las máquinas (aunque no veo a mi portátil intentando asesinarme), la pandemia o el apocalipsis astronómico.