¡Gañanes!
¡Gañanes! Ha sido para mí una sorpresa agradable, pues he de admitir que tenía ciertos prejuicios hacia el producto. Estos prejuicios se debían, no a que ¡Gañanes! sea un juego pequeño con pretensiones de partidas aisladas, sino a la temática que con él, y con muchos de la línea de Cliffhanger se ha tomado. Ya de entrada no me atraía mucho la idea de jugar con “paletos” en un ambiente rural, pero al ver la portada me quedé muy sorprendido pues no acababa de entender de qué narices iba uso; ¿un tío encapacuchado, con un arco y un par de espadas? Esperaba un paleto, una cabra y sí, porqué no decirlo, botijos. Mira, no quería que rizasen el rizo con un juego de rol de 3´5€ y 100 páginas.
Y realmente creo que no lo han hecho. No me ha parecido, como temía, un libro pretencioso o rocambolesco, sino simplemente lo que parecía al principio, un juego de rol para jugar historias en un entorno rural. Unas risas y ya está. Eso sí, no entiendo lo de llamarlo “juguete de rol” más allá del capricho, como en Deadhunters llamar Mister al Master. Son frivolidades, si queréis saber mi opinión. Admito que es algo que me daña la vista cuando lo leo pero bueno, a alguien con la mente sana no tiene porqué molestarle.
Volviendo al juego, propone al jugador interpretar uno de los estereotípicos personajes de un pueblo (muy buenos los arquetipos), ofrece una línea de creación de pueblo muy precisa y amena (el trasfondo en general me resultó muy divertido) y me reí bastante con las ideas para aventuras (no estridentemente pero sí alguna risilla).
Me resultó muy buena la forma en la que está escrito, es divertido y usa la forma de hablar típica del pueblerino, sin resultar insultante ni molesto por ser todo el rato así, que es precisamente lo que temía: nunca aguante los comics de Historias de la puta mili o Maki Navaja por lo cansino de la forma de hablar “en jerga” constantemente. Aquí el autor consigue entretenerme sin cansar. Además se evita caer en hacer las mismas gracias que el Gañán de Muchachada Nui, serie que me gusta, pero con la que se ha pecado mucho en “imitar al imitador”. Para los que busquen este tipo de humor parasitario, tienen cubiertas sus necesidades a través de algunos presentadores de Radio Telperión.
El formato del juego es justo, pero suficiente. La maquetación está bien y hay pocas ilustraciones, un tanto extrañas. La ficha, eso sí, a fuerza de buscar ser graciosa es sencilla, si se puede llamar sencilla a una hoja de libreta.
Así que este es ¡Gañanes!, el primero de la saga de Cliffhanger, una agradable sorpresa, que tal vez no permita grandes crónicas pero seguro que sí partidas divertidas o cuanto menos una lectura ligera y divertida.
Pero uno no sólo se compra un juego para leerlo salvo que esté loco.
Pues la verdad me temo que no hago más que acumular juegos que leo pero no llego a jugar, yo creo que es el mal del rolero treintañero, ¡cuando hace unos años exprimíamos cada juego y cada módulo que comprábamos! A lo poco que juego al rol, ciertamente, es a los mismos juegos de siemopre, sin dar una oportunidad a los nuevos