Roleando el Blood Bowl
Un amigo me planteó hace poco (siempre teóricamente, la edad y las responsabilidades nos impiden llevar a cabo la mayoría de nuestros proyectos) la posibilidad de llevar al terreno del rol una temporada del juego de mesa de Blood Bowl. Pondré en antecedentes a los no informados que hayan recalado en esta página por casualidad. El Blood Bowl es un juego de figuras (a medio camino entre el wargame y el juego de mesa) en el que se representa un partido de algo parecido al fútbol americano en el que los jugadores pueden elegir a sus equipos entre las tradicionales razas de la fantasía medieval: ágiles elfos, velocísimos hombres rata, orcos brutales y resistentes enanos, entre otras muchas. El juego es veterano, ha sufrido varias revisiones que honestamente lo han mejorado (unas más que otras) y, en tanto se ha mantenido en la segunda línea de los juegos fomentados por Games Workshop, no ha sufrido un aluvión de novedades de figuras y ampliaciones que lo hayan convertido en inmanejable y carne de Muchkin. A día de hoy, casi treinta años después de su primera edición, el Blood Bowl sigue siendo un juego compensado y extremadamente adictivo.
La posibilidad de llevar esta trama a un juego de rol se me antojó imposible en un primer momento. Obviamente, nunca habíamos pensado en trasladar las reglas de los juegos de rol al tablero y a los partidos, pero, ¿y la pretemporada?¿y las ruedas de prensa?¿qué hay de los entrenamientos? Poco a poco, la imagen se fue componiendo en mi cabeza y se ha ido haciendo verosímil, incluso muy interesante y di vertida. A fin de cuentas, los juegos de rol son un nuevo tipo de narración, no completamente diferente al novelesco o al cinematográfico, y el cine deportivo es un género veterano del que Money Ball y The Fighter son sólo los ejemplos más actuales; Evasión o victoria conjuga con éxito los géneros bélico, deportivo y de fuga. Rollerballl es una distopía con el deporte como telón de fondo ¿por qué no rol deportivo?¿por qué no unificar el deporte, la fantasía y, necesariamente, el sentido del humor?
El trasfondo del Blood Bowl no es muy amplio, pero nos traslada a un mundo muy similar (no el mismo, como ha querido recalcar Jervis Johnson, creador del juego y gurú de Games Workshop) al de Warhammer, este sí detalladamente explicado en multitud de manuales y fuentes gratuitas en la red. De esa forma, podemos componer el mundo a través de estos retales.
Para mí, un enfoque de una crónica de Blood Bowl pasa necesariamente por el sentido del humor y la parodia. El propio juego no se toma demasiado en serio su propio trasfondo y se burla tanto de la fantasía medieval como del mundo deportivo que adopta. Por estos motivos, vino a mi mente el utilizar el sistema, indiscutiblemente el espíritu y, ¿por qué no?, el entorno de Mundodisco, de Terry Pratchett. Quizá prefiriésemos otros mundos más similares al original (y con las razas características del juego), pero siempre deberemos recubrirlo de una capa de despreocupación e ironía. Imagino indispensable que sea un mundo de fantasía en el que se vive un periodo más o menos extenso de paz y prosperidad, en el que las razas se aburren, deben encontrar una forma de sacar fuera sus impulsos homicidas, pero en el que seguramente todos se han cansado de guerrear y se encuentran demasiado cómodos como para aceptar ser envueltos por sus dirigentes en algún tipo de tonta guerra.
Las maneras de enfrentarse a este trasfondo son más diversas de lo que nos podemos imaginar. Los jugadores pueden representar al equipo técnico de un equipo menor, y pueden ir intentando reunir recursos y animando a los jugadores para ir ascendiendo en la liga. Series deportivas de animación japonesa han trabajado este tema, aunque debemos tener siempre presentes el no tomárnoslo demasiado en serio. O puede que nuestro anterior equipo haya sido diezmado hasta la casi desaparición (sólo sobreviven los personajes) y debemos buscar a nuevos jugadores para componer un nuevo equipo antes del comienzo de la liga. Yo sugiero que el equipo de los protagonistas sea uno que me fascinó desde las primeras ediciones del juego: La Horda Mestiza, que tiene jugadores de todas las razas, pero que es caótico e indisciplinado y que nunca consigue nada en claro. Jugar con La Horda Mestiza permitirá trabajar con el choque cultural entre parias rechazados por los equipos de sus razas y utilizar tramas que exploten las características raciales de todos ellos.
El juego de rol debería intercalarse con partidas de Blood Bowl representando los partidos a los que se enfrente el equipo. Sé justo y no alteres mucho (o nada) la dinámica del juego de mesa por el juego de rol. Si acaso, permite que consigan Segundas oportunidades adicionales, una tirada de Médico adicional o precios especiales para ciertos jugadores, pero no interfieras en una buena partida. Los efectos que ocurran en el juego también afectarán a la posterior partida de rol, así que deberás incluir cualquier lesión, muerte o incidencia en el juego.
Pero ante todo recuerda, cuando se juega al rol se juega al rol y cuando se juega al Blood Bowl, se juega al Blood Bowl.
Las historias a desarrollar son muchas e interesantes, he aquí algunas semillas:
Podemos encontrar tramas en las que convencer a politiquillos locales, que quizá nos exijan pequeños favores, no del todo legales, para conseguir el favor de la alcaldía. Para llevar a cabo estos favores puede que necesitemos toda nuestra astucia y nos veamos forzados a arrastrar a a nuestro equipo (engañado o no).
Podemos hablar, como en la mencionada The Fighter, de redención personal a través del deporte, y convencer a viejas glorias del Blood Bowl, como ese viejo defensa orco negro, una gran promesa que nunca volvió tras una lesión, y al que deberemos de sacar de su actual trabajo de matón, y de su alcoholismo, para que rompa cabezas en el campo.
Tendremos que lidiar con el ego exagerado de nuestras estrellas, como la de Eolyn Balsa de Aceite, ese quaterback elfo con aires de divo y exigencias intolerables para un equipo pequeño y con el que, curiosamente, ningún compañero de equipo quiere ducharse (¿es por eso por lo que fue expulsado de su equipo anterior?)
Nuestro siguiente equipo rival es conocido por sus malas artes; utilizan armas camufladas y mecanismos mortales que decantan los partidos a su favor. ¿Y si nos colamos en sus instalaciones y los robamos?¿y si los saboteamos para que les fallen en el momento más inoportuno?
¡Espanto! El día de antes del partido, la Ronda de la ciudad acude preguntando por nuestro médico, ¿en qué se habrá vuelto a meter este borracho putero incompetente? Como miembros del equipo técnico, deberemos protegerle hasta el partido con un brutal equipo No Muerto que dejará tantos heridos en el terreno de juego que será indispensable que tengamos a un galeno con nosotros…¿y si, para esconderlo de la guardia, nos vemos obligado a disfrazarlo como jugador, y ha de jugar, con todo lo enclenque y torpe que es, toda una parte del partido?
Dos de nuestros mejores jugadores se disputan el mismo número en su indumentaria. Parece baladí, ¿verdad? Pero no lo será tanto si ambos se niegan a jugar si no es con ese dorsal, y cuando sus respectivos seguidores ponen patas arriba la ciudad para garantizar el número elegido para su favorito.
Los jugadores deberán mediar con los jugadores, con los hinchas y con el furioso alcalde que ve como su ciudad está a punto de salir ardiendo, y todo ello, antes del próximo (e inminente) partido de liga.
Volvemos a nuestro quaterback favorito. Finalmente, el elfo sale del armario e inicia una relación sentimental con un línea orco del equipo. La pareja es feliz, pero Eolyn Balsa de Aceite es nuestra principal fuente de ingresos por publicidad, y la empresa que le ha contratado por como icono de una colonia masculina, no ven exactamente muy “viril” su forma de vida. Incluso nuestro presidente nos advierte de que la hinchada femenina acude al campo semanalmente a ver al elfo, ¿podemos permitirnos que salga a la luz su conducta amorosa, incluso cuando el propio Eolyn desea hacerlo público?
Las malas actuaciones de uno de nuestros jugadores nos preocupa, hasta el punto de suponer que ha cometido fallos imperdonables en nuestro último partido con la intención de que el equipo pierda, ¿Qué encontraremos al investigarlo?¿es posible que haya apostado grandes cantidades de dinero en contra del equipo?¿o tal vez está siendo extorsionado para que lleve al equipo a la derrota? En tal caso, ¿se trata de un equipo rival o de las mafias de las apuestas?
En los entrenamientos, hemos descubierto que dos de nuestros jugadores se encuentran enfrentados, pasando de ignorarse a insultarse y a llegar a las manos. Los personajes podrán descubrir que el motivo es que ambos están implicados en un complicado triángulo amoroso, junto con una de las animadoras, o, ¿por qué no?, con Eolyn Balsa de Aceite.
Un gran patrocinador llega al equipo, y todo el dinero que entra permite contratar nuevos jugadores y mejorar las instalaciones. No obstante, el patrocinador (un nuevo rico bastante bruto) quiere que su inútil hijo se convierta en una estrella del Blood Bowl, y exige que sea titular de todos los encuentros… nada muy prometedor para los resultados, pues es un tirillas de AG 2 y FUE 2. ¿Cómo tratar con la imposición del mecenas?¿y con el joven, convencido de ser una estrella, que trata a sus compañeros como a ratas y que exige que todo el juego se centre en él?¿y con el jugador apartado para que el hijo del jefe ocupe su lugar?
Las reformas patrocinadas por el ayuntamiento del estadio de Blood Bowl descubre la entrada a unas misteriosas cavernas que pasan por debajo de las gradas y del propio campo… cavernas lamentablemente habitadas. ¿Tendrán que limpiarlas para que el próximo partido pueda jugarse?¿las utilizarán, o utilizarán a sus habitantes, como sutiles trampas para sus adversarios?¿o habrán dado con un nido de Skaven y podrán aprovechar la oportunidad para hacer nuevos fichajes?
El Dinero no se puede conseguir en Blood Bowl sin un mal necesario: los patrocinadores. Orca-Cola y Telelfonica son empresas reservadas para los equipos más importantes, así que ellos deberán actuar como mediadores con otras menores, y convencer a los jugadores de todos los caprichos que se les exijan, como vestir de rosa, comer comida enana, posar en calendarios ligeros de ropa (a Eolyn no costará convencerle) o ser embajadores del juego limpio y no cometer ni una sola falta para conseguir el patrocinio de esa rara secta religiosa.
E imagino que, con el tiempo, las sesiones y las decisiones de los personajes surgirán nuevas ideas e historias que contar. Siempre me ha resultado muy difícil imagina tramas y campañas que ambientar en el juego de rol de Mundodisco, pero si lo hiciese, y mi grupo conociese y disfrutase el Blood Bowl, combinaría ambos juegos para llevar a la mesa una (o más) temporadas de este estupendo juego.
Un gran post Voyeur. Sin duda se hecha en falta que exista un juego de rol dedicado en exclusiva al deporte.
Coincido contigo, al final, jugar al rol es narrar y cuando uno narra existen multitud de posibilidades, el deporte, el erotismo….
Yo, el erotismo lo dejaría al margen, al menos hasta que la proporción jugadores-jugadoras se iguale.